viernes, 11 de marzo de 2011

HIGIENE BUCAL

Los problemas y enfermedades odonto-estomatológicas más frecuentes debidos a una incorrecta o insuficiente higiene bucodental son:
  • Problemas y enfermedades dentales:
    • Desarrollo excesivo de placa bacteriana y formación de sarro.
    • Halitosis.
    • Caries.

  • Problemas y enfermedades periodontales:
    • Gingivitis.
    • Periodontitis.
El mejor modo de prevenirlas es con una buena higiene bucodental y con revisiones periódicas al odontólogo o al estomatólogo. También es relevante el control de la ingesta de determinados alimentos, especialmente aquellos que tienen un alto potencial cariogénico: azúcares como la sacarosa o la glucosa.

Una buena higiene bucodental debería establecerse mediante la adopción de 4 hábitos:
  • El cepillado
  • La limpieza con hilo dental
  • El enjuague
  • Visita periódica al dentista
EL CEPILLADO

Una buena higiene comienza por un correcto cepillado, que conviene realizar justo después de cada comida, ingesta de bebidas, especialmente las azucaradas y carbonatadas, de golosinas o aperitivos, o de cualquier alimento. El cepillado más importante, y el que no debe faltar, es el de después de la cena o de la última ingesta antes de dormir. Hay alimentos duros como la zanahoria cruda que al ser mordidos arrastran la placa bacteriana. Otros alimentos como el queso parecen tener propiedades remineralizantes del esmalte.

Sin embargo, un cepillado excesivo puede incidir en un temprano desgaste del esmalte, en especial si se han ingerido cítricos después de las comidas, por lo que lo ideal está entre 2 y 3 cepillados diarios
También puede ser aconsejable cepillarse antes de la comida para reducir la placa bacteriana. El uso de chicles con xilitol puede ser aconsejable.

 La acción de masticar estimula la secreción de saliva que evita que el ph de la boca se vuelva excesivamente ácido. El xilitol inhibe el crecimiento de la bacteria, el streptococcus mutans, que causa la caries. Estos chicles no sustituyen las ventajas del cepillado.

La higiene bucodental es igualmente necesaria si se ha producido regurgitación o vómito.

El cepillado debe realizarse introduciendo los filamentos del cepillo en el espacio que se forma entre la encía y el diente. Para ello, debe inclinarse el cepillo orientándolo hacia la línea que limita diente y encía. El objetivo es limpiar la placa bacteriana que se acumula en ese espacio, y que es el causante de la inflamación de la encía, por irritación química. El cepillado debe prolongarse durante el tiempo necesario para desorganizar la placa bacteriana. El revelador de placa bacteriana permite detectar las zonas de los dientes donde se acumula más placa.

Se debe también pasar el cepillo a la cara interna de las mejillas, la lengua, el paladar y las encías, si están sanos. Hay llagas que pueden remediarse realizando enjuagues de agua con sal. En caso de observar alguna anomalía hay que acudir al especialista.

 Si se observa un sangrado evidente con un cepillado normal, lo probable es que se esté ante un caso de gingivitis. La solución es sencilla: acudir a un odontólogo o estomatólogo para que se realice una buena limpieza del espacio gingivo-dentario, con ultrasonidos. Es recomendable que esta limpieza profesional se efectúe al menos 2 veces al año. La higiene bucal a sido escencial para el ser humano para la salud y el bienestar.


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